Cada otoño, Puebla se viste de aromas, colores y tradición para celebrar uno de los platillos más representativos de su gastronomía: el Mole de Caderas. Esta receta, originaria de la mixteca poblana, trasciende lo culinario para convertirse en una experiencia cultural y turística que reúne a locales y visitantes en torno a la cocina tradicional mexicana.
Puebla celebra su herencia culinaria con el tradicional Mole de Caderas, ícono de su gastronomía
Entre octubre y noviembre, Puebla se convierte en un epicentro de gastronomía y cultura con la temporada del Mole de Caderas, un platillo ancestral.
Durante octubre y noviembre, Puebla celebra la Temporada de Mole de Caderas, una fiesta para el paladar y los sentidos.
La temporada del Mole de Caderas, también conocida como “la temporada del chivo”, se extiende de octubre a noviembre y forma parte esencial de la identidad poblana.
En esta época, los restaurantes, cocineras tradicionales y productores locales se preparan para recibir a miles de viajeros nacionales e internacionales que llegan en busca de una experiencia única.
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Mole de Caderas: un platillo con historia, arraigo y sabor
El Mole de Caderas tiene sus raíces en la mixteca poblana, donde surgió como una comida comunitaria basada en la crianza tradicional del chivo.
Alimentados con hierbas de la región, los animales aportan una carne de sabor intenso y ligeramente salado que se combina con un mole elaborado con chiles secos (chilhuacle, costeño y guajillo), jitomate, guaje y especias.
Su preparación, lenta y ceremonial, refleja el respeto por las tradiciones culinarias del pueblo mixteco; desde la selección del animal hasta la cocción en cazuelas de barro, cada paso honra un legado transmitido de generación en generación.
Puebla promueve las experiencias turísticas de temporada del Mole de Caderas
Durante estos meses, Puebla se convierte en un destino imperdible para los amantes de la gastronomía mexicana.
Ciudades como Tehuacán, Patrimonio Mundial por la UNESCO, celebran la temporada con ferias, festivales y rutas turísticas que giran en torno al Mole de Caderas, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de adentrarse en la cultura, los sabores y las tradiciones del sur poblano.
La celebración impulsa además el turismo sustentable y la economía local, beneficiando a productores caprinos, cocineras tradicionales, artesanos y prestadores de servicios turísticos.
Más que un platillo, el Mole de Caderas es una historia viva de identidad, trabajo colectivo y pasión por la cocina.
Este otoño, Puebla invita a disfrutar de una mesa servida con tradición, donde cada bocado revela el alma de una tierra que ha sabido convertir su gastronomía en patrimonio y en motivo de orgullo.
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