El gobierno federal alemán que lidera Ángela Merkel, anunció su decisión de vender el 5% de las acciones de Lufthansa. La desinversión correrá a cargo del Fondo de Estabilización Económica (WSF, por sus siglas en alemán), quien es el poseedor de los títulos y el que los compró originalmente. Se trata de apenas el 5% del total de 20% que posee el Estado Alemán a cambio de las ayudas financieras que recibió la compañía (por valor de € 5.800 millones directos desde el Fondo de Estabilización y otros € 3 mil millones de parte del banco público Kfw), para mitigar el impacto de la pandemia de Covid-19. En junio pasado, la Unión Europea dio el visto bueno al mecanismo de ayuda por que cual el Estado Alemán asistió a la aerolínea.
El 5% de las acciones tienen un valor nominal de € 255 millones. La idea del Fondo de Estabilización es pulverizar su participación en Lufthansa antes de 2023.
Aunque el tráfico europeo se ha ido recuperando, producto del avance de la vacunación, la realidad es que el sector no ha recuperado los niveles prepandemia. La decisión de Alemania sí parece avalar que, aunque se está lejos de la recuperación plena, al menos lo peor ha pasado. De hecho, la propia Lufthansa ya ha cubierto un 84% de su red de prepandemia y espera cerrar el año con una cobertura del 100%. De hecho, la aerolínea alemana anunció que desprogramó sus aviones más grandes de la flota, sus Airbus A380. “En lo que a mí respecta, el modelo está muerto”, sentenció Carsten Spohr, CEO de Lufthansa. Sin embargo, como contraposición, ya ha recuperado para las operaciones un total de ocho Boeing B-747/400. Con ellos, la empresa ha reestablecido o está en camino de hacerlo, sus vuelos desde Fráncfort a Bengaluru, Mumbai, Boston, Delhi, Denver, Dubái, Washington, Seúl, Orlando, Miami, Vancouver y Toronto.
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