-¿En dónde radican las fortalezas de Ciudad de México en materia turística?
“Vamos a dignificar el papel de las agencias de viajes como el intermediario natural entre el producto y el consumidor”
-Son muchas las fortalezas del destino. El turismo de negocios, que ha sido el histórico de Ciudad de México, ahora viene dejando su lugar al turismo cultural de manera muy importante. Calculamos que del 100% del turismo que llega a la capital del país, un 40% a 45% es turismo de negocios, un 40% es turismo cultural de la manera más amplia y el resto un turismo que tiene que ver con situaciones médicas, administrativas, educativas, etcétera.
-¿En qué consiste su plan de trabajo para el sexenio?
-Son cuatro ejes de trabajo, pero lo más importante es crear empleo a través del turismo, sobre todo para jóvenes y mujeres. La idea es ampliar los beneficios del turismo a toda la ciudad. Tanto la actividad turística como sus beneficios están muy concentrados en determinada zona geográfica de la ciudad y en determinados agentes sociales. Lo que buscamos es que el turismo se convierta en una actividad generadora de empleo y de bienestar para todo el conjunto de Ciudad de México. El primer eje es turismo de barrio; el segundo, equipamiento urbano; el tercero, promoción nacional e internacional; y el cuarto, apoyo a los sectores clave de turismo de Ciudad de México. Respecto al proyecto de turismo de barrio, vamos a empezar particularmente por la zona oriente, pero trabajamos para toda la ciudad y en donde se necesite desarrollar este programa se llevará a cabo. El oriente de Ciudad de México lo componen muchas alcaldías: Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, una buena parte de Coyoacán, Xochimilco y Tláhuac, donde hay mucho por explotar, visibilizar y crear producto turístico. Pero atención: para que funcione un producto turístico en una zona nueva tiene que haber pernocta y en esa zona hay poco hospedaje, entonces tenemos que fomentar que haya creación de espacios para alojamiento y algún programa para que las propias unidades familiares y las que se vayan creando puedan alojar a los turistas. Hay derrama económica cuando hay pernocta, una cena y un desayuno. Tenemos que generar esa actividad turística que luego va a fortalecer la posibilidad de que vengan espacios de alojamiento formales. Es un trabajo de mediano y largo plazo. Tiene que ver con la creación de conciencia y cultura turística, y la gente tiene que saber que el turismo le puede generar bienestar. La apuesta al turismo es una apuesta ganadora. Por otro lado, estamos hablando de la creación de alrededor de 450 mil empleos directos e indirectos para Ciudad de México. Es una meta sumamente ambiciosa, pero si la actividad turística sigue trabajando sin sobresaltos internacionales y si se desarrollan estos programas, sin duda se generará más empleo turístico formal, directo e indirecto.
-¿Cuáles son los principales desafíos que encara la capital del país en el ámbito turístico?
-La capital tiene en algunos casos una cierta saturación de turismo. En otros casos tiene una desigualdad a nivel de tarifas: probablemente hay que corregir algunas; eso lo hace el mercado, no nosotros. La ciudad también tiene como reto un tema de andamiaje institucional que no ha funcionado bien, entre las instancias que deciden y las que tienen los recursos, eso lo vamos a solucionar de tajo. Además, hay una falta de capacitación a prestadores de servicios turísticos que hay que trabajar. Por otro lado, hay un reto muy importante y complicado que tiene que ver con las nuevas plataformas tecnológicas y su impacto sobre el turismo. Este es un tema mundial: en Ciudad de México están los conflictos que puede haber entre esas plataformas relacionadas con los taxis, por ejemplo, pero también con las OTAs y con Airbnb y el alojamiento formal. Es decir, hay muchos retos nuevos derivados de una nueva situación tecnológica que también la ciudad tiene que trabajar para ponerse al día. Creo que el reto es saber combinar lo tradicional que ha funcionado bien y dejar de lado lo tradicional que ya no funciona; y combinar con lo tecnológico que puede funcionar bien y descartar lo tecnológico que irrumpe con mucha fuerza en la informalización del sector. No queremos trabajo informal.
-¿Se mantendrá la marca CDMX o habrá cambios?
-La ciudad no tiene una tradición de marcas turísticas, pero sí de cambios en su imagen institucional: todos los gobiernos han hecho cambios en su imagen. En el caso del gobierno que acaba de terminar sucedió algo muy curioso: hubo una imagen institucional que se llamaba “Decidiendo juntos”, pero esa imagen fue sustituida por la marca turística CDMX; es decir, se confundió y se mezcló la marca turística, que se convirtió en una imagen institucional. Nosotros ya hemos enmendado el camino y ya tenemos una nueva imagen institucional que se hizo a través de un concurso y a partir de diciembre vamos a revisar qué se debe hacer con la marca CDMX. Vamos a convocar a expertos en temas de marca y a la comunidad turística para ver qué opinan. Lo que es un hecho es que nosotros no vamos a invertir para posicionar la marca turística; nuestra inversión va a ser para atraer turismo directamente.
-Usted ha comentado que el turismo de reuniones será uno de los ejes principales durante su gestión. ¿Cuáles son las metas y las estrategias en este tenor?
-En primer lugar, haremos la reapertura de la Oficina de Congresos y Convenciones que se cerró de manera arbitraria e inexplicable. Tan sólo la reapertura va a generar un nuevo ambiente de confianza en materia de turismo de reuniones. En segundo lugar, nuestra meta va a ser recuperar los buenos indicadores que teníamos en el ranking de ICCA y poder incrementar la cantidad de congresos y convenciones a nivel internacional que se reciben. También queremos trabajar el tema de las exposiciones, que no se había trabajado antes: tratar de desarrollar exposiciones en Ciudad de México, que tienen una ventaja sobre los congresos porque son permanentes.
-¿Cuál será la relación de la entidad a su cargo con las agencias de viajes? ¿Cuál considera que es la relevancia de este canal de comercialización para el turismo en Ciudad de México?
-Es fundamental. Como funcionarios siempre hemos fomentado la relación con las agencias de viajes. Por ejemplo, en las campañas publicitarias se había perdido el “consulta con tu agencia de viajes”, nosotros ya lo estamos recuperando. Vamos a dignificar el papel de las agencias como el intermediario natural entre el producto y el consumidor. Desde luego, también vamos a trabajar apoyando a las agencias virtuales. Todo el que trabaje para el turismo va a trabajar con nosotros.
-¿Cuál es la posición de la Secretaría de Turismo local en el marco del plan de austeridad anunciado por la jefa de Gobierno electa?
-Estamos muy conscientes de que el gobierno necesita austeridad. La austeridad no está reñida con la eficiencia ni con el desempeño de los funcionarios. Sobre todo cuando hemos visto que en la administración que acaba de terminar ha habido un despilfarro de recursos. La sociedad reclama austeridad y hay que cumplir eso. En el caso de la Secretaría de Turismo este fenómeno de austeridad tiene que ver con un recorte en el personal y en parte del presupuesto, pero nos acomodamos y vamos a trabajar como si no pasara nada. Más que reacomodar planes y programas, hay que trabajar con el presupuesto de manera más ajustada. Es decir, no vamos a viajar, cuando haya que hacerlo, en primera clase ni en hoteles de lujo. No vamos a dedicar recursos a promover solamente la marca. Y esos serán ahorros que van a compensar la austeridad. Además, la jefa de Gobierno está muy consciente de que la actividad turística representa un pilar muy fuerte para el desarrollo; por lo tanto, seguramente va a apoyar los esfuerzos que sean necesarios.
-¿De qué manera afecta la suspensión del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, tanto en la llegada de arribos como en la imagen del país frente a inversionistas extranjeros?
-En primer lugar, si se mantiene el aeropuerto se mantiene el 3% del PIB, 45 mil empleos directos y cerca de 200 mil indirectos. Por lo tanto, la ciudad gana al no tener que cerrar su aeropuerto. En materia global, el hecho de tener un aeropuerto en Ciudad de México, uno fortalecido en Toluca y el nuevo en Santa Lucía crea polos de desarrollo regional y no se concentra todo en un solo aeropuerto como iba a ser en Texcoco. Considerando además el tema ambiental yo pienso que es la mejor solución. Y los inversionistas nacionales tienen que darse cuenta (y se han dado cuenta) de que muchas de sus inversiones estaban mal fundamentadas, con procesos administrativos poco claros (para decir lo menos) y en condiciones sumamente ventajosas. Ahora tendrán que adecuarse a una nueva realidad. Las cosas han cambiado y también la Secretaría de Turismo es parte de estos cambios y de la cuarta transformación. Nosotros somos un gobierno de izquierda, que vela por los intereses de la gente más desfavorecida. Ciudad de México tiene enormes desigualdades todavía: 150 mil personas en extrema pobreza, un millón y medio de gente en situación de pobreza y nosotros estamos dispuestos a poner el turismo al servicio del bienestar económico y social de toda la ciudadanía de la capital sin descuidar absolutamente ningún ámbito del turismo.
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