El turismo receptivo en Estados Unidos está en declive en 2025, especialmente por endurecimiento de las políticas migratorias y arancelarias impulsadas por la administración de Donald Trump.
Los aranceles de Trump ya perjudican al turismo receptivo
El New York Times ya describe las políticas de Trump como “elemento desestabilizador” del turismo de Estados Unidos y destaca afectaciones en el receptivo.
Uno de los aviones de Arajet cruzando Nueva York.
Un informe de Tourism Economics proyecta una caída del 5,1% en las llegadas internacionales este año, mientras que el gasto turístico extranjero podría reducirse en un 10,9%, lo que equivale a pérdidas de 18.000 millones de dólares. Algo que refuerza teorías como la publicada esta Semana diarios como el New York Times: Estados Unidos sufrirá una bajada en su turismo recpetivo.
Impacto de las restricciones y advertencias de viaje
Las relaciones diplomáticas tensas con países como Canadá, México y China han influido directamente en la disminución del flujo turístico. En particular, el mercado canadiense se ha visto afectado por la imposición de un arancel del 25% sobre bienes del país vecino, lo que ha llevado a una caída del 70% en las reservas de vuelos hacia EE. UU. y a la reducción de rutas transfronterizas por parte de aerolíneas como Delta y United Airlines.
Además, varios países han emitido advertencias de viaje hacia Estados Unidos, alertando sobre posibles detenciones arbitrarias en las fronteras y dificultades para los turistas. Estas recomendaciones han generado incertidumbre y han impactado negativamente en destinos emblemáticos como Nueva York y California. Empresarios del sector, como Luke Miller, de Real New York Tours, han reportado cancelaciones masivas de viajeros canadienses, lo que ha resultado en pérdidas económicas significativas.
El turismo de negocios (Turismo MICE) también en declive
El impacto de las políticas restrictivas no se limita al turismo vacacional. La incertidumbre política y comercial ha llevado a empresas internacionales a replantearse la organización de eventos en EE.UU, según el World Tourism Forum Institute. Este fenómeno podría generar una reestructuración del sector del turismo MICE en los próximos años, con un traslado de congresos y ferias internacionales a otros destinos más favorables.
Otro factor que afecta la competitividad del país es el fortalecimiento del dólar estadounidense, lo que encarece los viajes para turistas extranjeros, especialmente aquellos provenientes de economías más vulnerables. Este escenario ha favorecido que los viajeros opten por destinos más asequibles en Europa o Asia.
Que Trump revierta sus políticas, principal "solución al caos"
Expertos como Adam Sacks, presidente de Tourism Economics, advierten en el New York Times que la combinación de factores económicos y políticos está generando una percepción negativa de EE. UU. como destino turístico, lo que podría afectar a largo plazo el sector. Incluso el turismo interno podría verse perjudicado debido al encarecimiento de servicios y vuelos dentro del país.
Pese al escenario adverso, analistas como Lorraine Sileo, de Phocuswright Research, consideran que la industria podría recuperarse si se flexibilizan las restricciones y se mejora la relación comercial con los principales mercados emisores. Sin embargo, advierte que, de no tomarse medidas a tiempo, las consecuencias podrían prolongarse durante años.
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