Ir a la playa, hacer castillos de arena o sumergirse entre los arrecifes de coral de Acapulco son algunas de las actividades que pueden disfrutar las familias.
Acapulco, el destino ideal para vacacionar con niños
Acapulco, el destino ideal para vacacionar con niños.
Parque Papagayo
El área verde más grande de la ciudad es una reserva que se conoce por sus tres lagos artificiales, donde no falta la vegetación tropical y, además, es hogar de algunos animales exóticos.
Tiene muchas atracciones, entre ellas paseo en lancha, pista de patinaje, acuario y mucho espacio para correr, andar en bicicleta y organizar un día de campo.
El Rollo
Si quieres pasar un día lleno de risas, adrenalina y mucha diversión, entonces no dudes en visitar el parque acuático El Rollo, que cuenta con resbaladillas, toboganes, espectáculos con delfines y emocionantes albercas con olas.
Creatividad a flote con castillos de arena
Los castillos de arena pueden ser los invitados durante las vacaciones en la playa y es la oportunidad para que, además de mucha diversión, los niños desarrollen su creatividad al construir eso que al final puede ser una pequeña obra de arte.
Acapulco cuenta con diversas playas ideales para los pequeños y ahí podrán desarrollar sus habilidades, buscando que sus creaciones se mantengan en pie.
Aventuras acuáticas en la isla La Roqueta
Si buscas un día lleno de aventuras acuáticas, entonces debes planear una visita a la isla La Roqueta. Esnórquel y Paddle board son algunas de las actividades que todos podrán llevar a cabo y quedarán encantados.
El lugar está colmado de corales y fauna marina, en donde no faltan los peces de colores, algunos erizos, pulpos y estrellas de mar.
Enriquecimiento personal con la liberación de tortugas
Para los amantes de la libertad y el cuidado de nuestro planeta, nada mejor que ser testigos de cómo las pequeñas tortugas, recién nacidas, siguen su instinto y buscan el que será su hogar a partir de ese momento, el mar.
Todo comienza con una plática sobre educación ambiental. Momentos más tarde, llega la gran experiencia: la liberación de las tortuguitas que, por cierto, se sueltan desde un contenedor ya que, por su bienestar, no pueden tener contacto con nuestra piel.
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