A la hora gestionar recursos humanos, es importante saber que las investigaciones científicas que producen las neurociencias permiten comprender los mecanismos neurocognitivos de la conducta humana, tales como la motivación, en primer término.
Recursos humanos: roles de la motivación y las neurociencias
Estudios realizados por la psicología, la psicología social, la psicosociología y otras ciencias humanas indican que la motivación impulsa a una persona a actuar de determinada manera u origina una propensión hacia un comportamiento específico.
La motivación y las necesidades de los recursos humanos
El impulso para actuar puede ser provocado por un agente externo o puede ser generado internamente en los procesos mentales del individuo.
Todas aquellas condiciones internas descriptas como necesidades, deseos, impulsos y expectativas son un estado interno que activa o induce algún comportamiento.
En la motivación participan el esfuerzo, la perseverancia, los objetivos y el deseo que tiene una persona para lograr lo que se propone.
Una necesidad insatisfecha es el punto de partida en el proceso de la motivación, hacia la búsqueda del objetivo o meta.
La motivación y las neurociencias
De acuerdo a las investigaciones realizadas por las neurociencias se pudo comprobar que la motivación se crea en el cerebro cuando se libera dopamina y se dirige a un área del cerebro llamada “núcleo accumbens”, lo que desencadena la retroalimentación que predice si algo bueno o malo está a punto de suceder.
Se puede clasificar a la motivación como positiva o negativa. La positiva se refiere a cuando una persona se conduce para obtener una recompensa o experimentar un placer, y la negativa cuando una persona actúa para escapar de un dolor, un castigo o reprimenda.
La motivación positiva
Para las organizaciones, la motivación positiva es mucho más efectiva y genera diversos beneficios como:
- Mejora del clima laboral.
- Mejora en las relaciones interpersonales.
- Aumenta los niveles de colaboración.
- Aumenta los niveles de efectividad.
- Aumenta los niveles de productividad.
- Aumenta los niveles de innovación.
La motivación negativa
Si bien se pueden obtener resultados a través de la presión y la amenaza en el corto plazo y con mucho más esfuerzo que si se utiliza la comunicación y la motivación positiva, también es cierto que produce muchos más daños sobre las personas, generando más riesgos y problemas a mediano y largo plazo:
- Las personas presionadas o amenazadas realizan su tarea mientras se ejerce un control directo y estricto sobre ella. Cuando el control desaparece disminuye la tarea o la deja de hacer.
- Las personas presionadas o amenazadas guardarán en su mente el objetivo de vengarse y, de alguna manera, en algún momento lo harán. La persona sistemáticamente presionada buscará formas de perjudicar al jefe que la presiona.
- Las personas que acceden a pedidos por la fuerza, bajo presión o amenazas, realiza las tareas sin motivación genuina, sin ganas y aplicando sólo una pequeña parte de sus capacidades, lo que la hace ineficiente y propensa a cometer errores, olvidos y accidentes.
- Las personas que trabajan bajo presión no se esfuerzan por cuidar detalles de calidad. Su estado emocional hace que su energía se aplique a diferentes procesos mentales de queja protesta y rebeldía. Gran parte de su energía se dirige a buscar formas de escapar del trabajo.
El papel de la motivación en los procesos ejecutivos
El papel de la motivación en los procesos ejecutivos fue estudiado por S. F.Taylor en 2004 con RMf, donde la ejecución en una tarea de memoria de trabajo demuestra que los incentivos financieros afectan a la ejecución.
Esta interacción entre tareas y refuerzos ocurre en el córtex prefrontal dorsolateral y ventrolateral.
El cerebro es, básicamente, una máquina predictiva encaminada a reducir la incertidumbre del entorno.
DEEPAK CHOPRA
- Marcelo Cristale es licenciado y profesor en Psicología. Psicólogo Social. Rector del Instituto de Formación Superior en Turismo de AVIABUE. Profesor de Psicología y Neurociencias aplicadas al Turismo en la Maestría en Economía y Gestión del Turismo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
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