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TERESITA VAN STRATE. El potencial y las carencias del termalismo y el wellness

Si bien en medio de la pandemia la tendencia en viajes está alineada con el wellness y el termalismo, la realidad pareciera no condecirse con eso.

Si bien los medios especializados destacan que para alejarse de los malos recuerdos de la pandemia la tendencia es la elección del Turismo de Salud y Bienestar, con el termalismo y wellness como principales productos, además de la búsqueda de espacios abiertos y saludables, la realidad pareciera no condecirse con eso. Los resultados que se van observando hasta ahora en los países donde comenzó la reapertura o desescalada no parecen ser los esperados.

Para tener una visión sobre la situación del termalismo y del wellness en Latinoamérica es necesario referenciar la realidad turística del continente en esta nueva modalidad de vida que transcurre.

Termalismo y wellness en Latinoamérica

Latinoamérica es un vasto territorio de 20.222.000 km2, con una población que supera los 650 millones de habitantes, una gran biodiversidad, variedad de países, climas, paisajes y, por supuesto, todos los tipos de aguas, fangos, algas y recursos termales que se puedan imaginar.

Sin dudas, será uno de los continentes más golpeados económicamente hablando, ya que sus economías venían ya bastante debilitadas, no solo por el lento crecimiento experimentado en 2019, sino también por la gran desigualdad en sus estándares de vida, donde según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hay unos 186 millones de habitantes que viven por debajo de la línea de pobreza, y 67,5 millones debajo de la línea de indigencia.

Con las políticas restrictivas de movilidad y traslado de las personas, en algunos casos muy profundas (como Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Colombia), se agudizan los problemas geopolíticos y sociales, ya que el cierre de las fronteras y de los establecimientos turísticos provoca un alto índice de desempleo.

En concreto, los grandes países como México, Brasil o Argentina ven amenazados alrededor de 4,5 millones de puestos de trabajo en turismo. Para otros más pequeños, como los caribeños, por ejemplo, es un factor de alto impacto, ya que el turismo es su principal fuente de vida, al punto que casi se podría hablar de un monoproducto.

Dadas las grandes diferencias que existen entre los países, relativas a sus superficies y recursos tanto como por sus grados de desarrollo del Turismo de Salud y Bienestar, no se pueden generalizar conclusiones, aunque sí se podrían estandarizar parámetros que en menor o mayor grado se repiten en cada uno de ellos.

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El termalismo y el wellness figuran entre los principales productos turísticos de hoy.

El termalismo y el wellness figuran entre los principales productos turísticos de hoy.

Las debilidades del Turismo de Salud y Bienestar

Estudiando las “debilidades” se puede coincidir en que el Turismo de Salud y Bienestar no está consolidado aún como un producto de exportación capaz de atraer turistas extranjeros motivados por la variedad de sus recursos, la calidad de las prestaciones de servicios e instalaciones.

Las inversiones de importantes capitales internacionales se enfocan al turismo de sol y playa, pero no reconocen, por ejemplo, a la talasoterapia como una herramienta para romper la estacionalidad.

Esas mismas inversiones internacionales tampoco se producen mayoritariamente para aprovechar los recursos termales, muchas veces por la inexistencia de leyes claras que regulen el sector o que las estimulen.

Los recursos humanos especializados son escasos y, si bien a partir de los contactos establecidos en Termatalia, feria muy posicionada en el ámbito latinoamericano, se hicieron vínculos académicos con universidades españolas, como la Complutense de Madrid, o las de Santiago de Compostela y Vigo, aún se está lejos de poder implementar la modalidad del termalismo Terapéutico con el concepto de balnearios que tiene Europa, y que en este momento sería sumamente necesario para palear la merma de clientes, producto de los aforos que se deberán respetar.

Lo propio sucede cuando el agua termal y minero medicinal es tomada solo como agua caliente y con fines meramente recreativos. La mayoría de los países latinoamericanos carecen de un Vademecum con la caracterización de sus aguas y fangos, lo cual impide poder sumar valor agregado a los servicios, mediante la implementación de un menú de tratamientos específicos que aumente los beneficios para los clientes y también la facturación para el centro termal

La falta de conectividad aérea o por carreteras, sobre todo en la región andina, muy abundante en recursos, impide el desarrollo de los sitios más alejados de las grandes urbes.

Por su parte, en la demanda también se operaron cambios significativos. Mientras que las tendencias para 2020 publicadas por la Global Wellness Summit anticipaban a los Baby Boomers o personas mayores de 60 años como el mejor perfil de consumidores para gimnasios y termas, puesto que disponen de tiempo, ingresos y mucha información para hacer de la prevención de la salud una de sus principales actividades, el Covid-19 se vuelve una amenaza para ellos. Los obliga a confinarse por ser considerados “de riesgo”, y esto les deja como secuelas el temor a salir, viajar y gastar, por lo cual este segmento de mercado se retrae en altas proporciones.

Otra amenaza es la inseguridad y el temor al contagio. La tardanza o falta de protocolos oficiales para la reapertura de los establecimientos termales y los spas inducirán a demorar la recuperación económica tan deseada.

Por otra parte, si se profundiza la crisis y se mantiene el cierre de fronteras, no se podrá apelar al turismo regional, que generalmente aporta el 50% de la demanda termal, basada en muchos casos en las diferencias cambiarias, como está sucediendo ahora mismo entre Argentina y Uruguay o Chile y con los demás países limítrofes.

Dado que en muchos países los centros termales pertenecen a los municipios o alcaldías, la no sustentabilidad económica obligará a subsidiarlos, por lo cual las arcas públicas se verán sensiblemente afectadas. Lo propio sucederá con los presupuestos municipales que anualmente cuenta con el importantísimo ingreso de divisas que aportan estos centros recreativos.

En los destinos turísticos donde las termas son el principal atractivo, la repercusión es aún más grave, ya que se paraliza la hotelería y gastronomía, y a la par el circuito productivo y de consumo del lugar o la región, obligando al despido masivo del personal y al consiguiente aumento de la desocupación.

Los recursos humanos ya capacitados que se ven obligados a cambiar de trabajo respresentan otra pérdida económica muy significativa, pues en la reapertura se deberá volver a invertir en capacitar a las nuevas incorporaciones. Mientras eso sucede, es posible que disminuya la calidad de los servicios hasta que se alcancen los estándares que se tenían previos a la pandemia.

Desde la oferta, la imperiosa necesidad de atraer clientes generalmente provoca una reducción en las tarifas, y el no poder trabajar con el precio justo se ve progresivamente reflejado en la falta de mantenimiento y deterioro de las instalaciones y servicios a brindar

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Aún se está lejos de poder implementar la modalidad del termalismo terapéutico con el concepto de balnearios que tiene Europa.

Aún se está lejos de poder implementar la modalidad del termalismo terapéutico con el concepto de balnearios que tiene Europa.

Las fortalezas del Turismo de Salud y Bienestar

Si bien es perentorio realizar un crudo análisis de la situación actual, también es necesario procurar ver una luz al final del túnel, y esas son la “fortalezas” del sector.

  • Una enorme variedad de recursos termales y paisajes de singular belleza, con aire puro, totalmente incontaminado.
  • Los centros termales ubicados en su mayoría en zonas rurales, o en pequeñas ciudades alejadas de las grandes metrópolis emisoras de turistas, provocan una verdadera redistribución de la riqueza, al generar la circulación de dinero entre estas.
  • Hoy la vitamina D es protagonista del sistema inmunológico, y como ésta se obtiene a partir de tomar baños de sol, es otra gran fortaleza para los países de Latinoamérica, famosos por su heliofanía.
  • La amabilidad y vocación de servicio de los lugareños hacen sentir muy cómodos al visitante, y su población mayoritariamente joven, apuntala la fuerza productiva.
  • Otra ventaja comparativa es que en algunos países, como Costa Rica y Uruguay, se registraron muy bajos números de contagios, lo cual los vuelve confiables para ser visitados, y al tener desde el mes de mayo o junio aprobados los protocolos termales, les permitieron ir abriendo sus instalaciones para ir reactivándose paulatinamente.
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Termalismo y wellness, claves en el turismo de hoy.

Termalismo y wellness, claves en el turismo de hoy.

Las oportunidades del Turismo de Salud y Bienestar

Hoy, por razones obvias, es momento de aprovechar cada una de las “oportunidades” que nos da la vida.

Las cuarentenas aumentaron la necesidad de salir a respirar aire puro en espacios abiertos y, por ende, a visitar los destinos turísticos situados especialmente en zonas rurales.

Según opinan los expertos, quienes salgan de viaje en sus próximas vacaciones, lo harán en familia, a lugares cercanos, buscando recomponer su equilibrio psicofísico perdido ahora por causa del confinamiento. Los complejos y parques termales pueden ser lugares inmejorables para ello.

El turismo de cercanías, impuesto por el cierre de fronteras y las condiciones de viajar en sus propios vehículos, a distancias que no superen los 500 km, coloca a los complejos termales en la lista de preferidos por los turistas de cabotaje.

Las diferencias cambiarias con las monedas locales sudamericanas respecto al dólar y al euro motivarán a los extranjeros a visitar el continente.

La virtualidad acrecentó las oportunidades de obtener capacitaciones a bajo costo, e incluso muchas de ellas gratuitas; se facilitó el acceso al conocimiento y se reafirmó la necesidad de la formación continua en Turismo de Salud y Bienestar.

Los turista están más y mejor informados, y buscan estilos de vida más saludables.

Por todo ello es prioritario sumar valor a los productos termales latinoamericanos, para contrarrestar la disminución de los ingresos por los aforos y restricciones de traslados.

Este momento de retrospección brinda la oportunidad de valorar la gran riqueza de recursos naturales y humanos que tiene el continente, y también de comprender que existe una imperiosa necesidad de contar con un marco legislativo y protocolos estandarizados que regulen al Turismo de Salud y Bienestar. Las reglas claras y los estímulos fiscales servirían para impulsar las inversiones de mayores envergaduras. El resultado debería ser consolidar a este nicho de mercado como motor de desarrollo local y una verdadera herramienta de redistribución de la riqueza.

* Teresita Van Strate es licenciada en Turismo (UM); socia gerente de TVS Asesorías Técnicas (Wellness-Termalismo-Talasoterapia), capacitadora sobre Turismo de Salud y Bienestar, delegada de Termatalia en Argentina; embajadora de Global Wellness Day; y delegada de la Asociación Iberoamericana de Termas y Turismo de Bienestar (AITB).

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