En un escenario en el que se cancele el 75% de los viajes domésticos y el 80% de los que tienen destino a México durante abril, la reducción del consumo turístico interior y receptivo sería de $ 239,2 mil millones, advierte un análisis del Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) de la Universidad Anáhuac.
En un escenario más conservador –cancelación del 50% de los viajes domésticos y el 80% de los que tienen destino a México–, la afectación sería de $ 172,9 mil millones.
“Es evidente que, aunque la magnitud de estas cifras es descomunal, los daños no se limitarán al mes de abril de 2020 y, a pesar de la resiliencia del sector, es de esperar un largo proceso de recuperación”, asienta el documento, realizado por Francisco Madrid Flores, director del Cicotur.
Para dimensionar los efectos de la crisis en el peor escenario, con una reducción del consumo turístico de casi $ 240 mil millones, esta cifra es 25% más que lo que costaría la refinería Dos Bocas, 1,7 veces la inversión prevista para el Tren Maya, el 84% del saldo positivo de la Balanza Turística en 2019, un poco más que todo el presupuesto del sector salud en 2020, 47 veces el presupuesto del sector turismo federal y equivale a 12,3 puntos del PIB turístico.
Vale mencionar que en el calendario turístico, en el mercado mexicano abril representa un mes de gran actividad cuando la Semana Santa y la Semana de Pascua se celebran en él.
De acuerdo con el análisis, los más de cuatro millones de empleados en la industria, así como las cerca de 450 mil microempresas turísticas (con menos de 10 empleados) requerirán de un plan de ayuda como nunca se ha visto en la historia.
El Cicotur propone un plan emergente de apoyo con cuatro componentes: laborales, fiscales, financieros y de promoción; y considera que el ejercicio de estas acciones debe ser inmediato en los tres primeros puntos y, en el momento oportuno, deberá activarse el componente de promoción turística.
En una primera etapa y en lo que se refiere al ámbito laboral, se debe encontrar, en un amplio ejercicio de creatividad, un balance correcto en el que las empresas defiendan todo lo que puedan las posiciones de trabajo permanentes, pero con las ayudas que oxigenen la presión de pagar nominas sin recibir ingresos: días solidarios, adelantos de vacaciones, jubilaciones anticipadas y reducciones salariales son solo algunas de las medidas a seguir.
“En materia fiscal, si bien de manera inicial no parece viable la condonación de impuestos, sí que se deben tener facilidades para el pago que incluyan plazos sin intereses, cancelación de multas y recargos, sin descartar la importancia de acelerar las devoluciones de impuestos, cuando esto proceda. Por otro lado, es deseable contar con un paquete de estímulos a la inversión, sin olvidar que hoy no parece haber todas las certezas para invertir en el país. Si bien no son propiamente obligaciones fiscales, los apoyos para la atención de compromisos como el pago del Infonavit y del IMSS, tendrían que estar listos de inmediato”, apunta el documento.
Asimismo, indica que “hasta ahora la banca parece muy sensible a la problemática y las instituciones crediticias ya están ofreciendo soluciones concretas que son muy útiles, pero acaso no serán suficientes”.
Además, en su momento será necesario desplegar un esfuerzo extraordinario de promoción, pues los competidores seguramente lo harán. “Por ello se deben redirigir los recursos captados por el Derecho de No Residente –muy reducidos en este año– para financiar, nuevamente, la promoción turística del país”.
El análisis también alude a la necesidad de un paquete legislativo de emergencia. “Dada la magnitud de la afectación se hace necesario la preparación de un conjunto de medidas de carácter legislativo formulado con gran apertura y en consulta con los integrantes de la industria”.
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