No cabe duda que vivimos en un mundo cada vez más cambiante. Todavía recuerdo las épocas en las que trabajar en alguna aerolínea era un privilegio. No importaba cuánto podías ganar, si al menos alcanzaba para sobrevivir, porque tenías los pases para viajar a cualquier lugar del mundo con un pequeño "service charge", además se conseguía hospedaje en hoteles de primera categoría, hasta de lujo, prácticamente en cualquier lugar del orbe por una módica cantidad, especialmente si se hacía la reserva en los kioscos de los hoteles localizados en el área del equipaje de los aeropuertos. Allí se conseguían las mejores ofertas en los mejores hoteles ya que, de hecho, al hacer la reserva desde esos lugares, los alojamientos daban por hecho que ya no se llenarían con tarifas "rack" o de ningún tipo. Por lo tanto, con gusto compartían con los empleados de líneas aéreas sus habitaciones disponibles a precios muy accesibles, con tal de que el staff de las líneas aéreas de todo el mundo los pudiese promocionar en sus contactos con potenciales clientes de los hoteles en el futuro. ¡Qué tiempos aquellos!
Afortunadamente, los empleados de las aerolíneas de esas épocas podíamos viajar por todo el mundo por sumas de dinero realmente simbólicas, aunque esperando hasta el último segundo para saber si podíamos abordar el vuelo elegido. Algunos viajamos como pachás, cubriendo grandes distancias, hospedándonos en hoteles de lujo, pero con una torta bajo el brazo o sándwiches en tuppers, para matar el hambre porque realmente comer en restaurantes era muy caro y mucho más en los hoteles donde nos hospedábamos. Hoy con las restricciones internacionales sobre transportar alimentos también esta simpática posibilidad de viajar económicamente se fue por los suelos.
Una práctica ya más bien limitada, pero aún vigente por muchas aerolíneas, era la de viajar como si fuera de negocios aunque fuese por vacaciones, con traje y corbata o las mujeres con vestidos o trajes sastres, aunque fuera un destino de playa. Todos acatábamos esta regla con paciencia, sobre todo reconociendo que representábamos a nuestra línea aérea y que éramos el reflejo de la compañía.
Ser agente de viajes IATA también era un privilegio y las aerolíneas los trataban como príncipes, otorgándoles descuentos del 75% al 90% o más en cualquier clase de servicio a bordo, lo que siempre me pareció una práctica muy adecuada, ya que en esa época las aerolíneas dependían en las ventas de nuestros amigos agentes de viajes casi exclusivamente. Y, sin dudas, uno de los principales alicientes que tiene un agente de viajes para poder ejercer su profesión de la mejor manera es tener el conocimiento de primera mano de los servicios que venden, ya sean líneas aéreas, cruceros, hoteles, transportistas terrestres, lugares de esparcimiento, atracciones, restaurantes, para que ellos, a su vez, tengan la posibilidad de ofrecerlos con conocimiento de causa a sus clientes y ayudarlos a vivir.
Mucho de lo descrito aquí ha cambiado drásticamente. La época de oro de conocer el mundo por cantidades módicas ha casi desaparecido, excepto para unos pocos afortunados. Actualmente ya no hay una regla común entre líneas aéreas para que los miembros de su staff y los de otras líneas aéreas puedan conocer sus servicios de primera mano, así como los agentes de viajes tienen que demostrar una mínima producción para recibir un descuento, no sin antes llevar a cabo trámites mucho más complicados que antes.
Sin embargo, no se puede dejar de vivir y si estás en el medio turístico, tienes en la sangre el gusanito de los viajes. Ahora no es tan fácil ni tan económico conocer el mundo entero, pero no cabe duda que uno de los principales placeres de la vida y recuerdos que perdurarán por siempre se logran a través de conocer tu entorno local y el mundo en total.
Solamente así se vive.
FUENTE: viajar-sinonimo-de-vivir